En estas últimas décadas, nuestro país ha experimentado varios acontecimientos que han marcado directamente al entorno social y familiar. La baja natalidad, los avances científicos y tecnológicos hacen que España sea uno de los países más longevos del mundo; pero el tiempo que dedicamos a nuestras relaciones no es  directamente proporcional al número de personas mayores necesitadas de atención. Cuanto  más mayores nos hacemos más dependemos de los demás, tanto física como emocionalmente. Es por ello, que proliferan residencias, centros de día o personal asistencia  en casa, destinados a paliar esta necesidad y es reflejo de la demanda de una sociedad  inmersa en sus jornadas laborales y el ritmo del día a día. Estos modelos existenciales cubren  las necesidad de una atención integral de la persona, pero… ¿Bastan solo estos recursos para conseguirlo plenamente? ¿Cómo se sienten? ¿Aprovechamos el verdadero potencial de nuestros mayores como fuente de experiencia y sabiduría? Y lo que es más importante  ¿Podrían generar todavía impacto social?

Actualmente cada vez son más los programas y proyectos que, desde diversas instituciones, afortunadamente, son sensibles a estas preguntas y responden mediante líneas de acción encaminadas a dar proyección y futuro a esta etapa de la vida, el “envejecimiento activo”. Fruto de esa sensibilidad nace en nuestro centro un programa orientado a la interrelación de
nuestros alumnos con las señoras de la residencia “Dña. Fausta”.

¿Por qué un programa intergeneracional en nuestra escuela?

Pensamos que la transferencia de conocimientos y valores entre personas de distintas generaciones permite apostar por una sociedad más justa, solidaria, comprensiva y tolerante. Con la interacción, nuestros alumnos
entrenan habilidades sociales y gestión de las emociones además de ayudarles a  conocer y comprender la cultura y tradiciones para conservarlas y/o adaptarlas a nuestros tiempos, dicho conocimiento genera entendimiento y respeto mutuo. Para las señoras de la residencia, vivir este proyecto les lleva a experimentar un aumento de su motivación y autoestima ya que se sienten útiles para otros al convertirse en “maestras” transmisoras de experiencias. Con ello, rebajan su sensación de soledad y aislamiento.

 

¿En qué consiste?

Desde la dirección de nuestra escuela, apoyada por la Fundación, acuerdan formalmente con el personal de la Residencia de señoras “Dña. Fausta” un programa de colaboración intergeneracional basado en la realización y participación conjunta en actividades relacionadas con el aprendizaje basado en proyectos, involucrando a todas las edades y etapas de nuestro colegio. En cada proyecto, una de nuestras aulas es seleccionada en función a los contenidos del curriculum y a las fortalezas de nuestras residentes colaboradoras para preparar una actividad relacionada con la tarea trabajada compartiendo la responsabilidad de su elaboración junto las trabajadoras sociales de dicha institución cooperante.

¿Qué actividades se han trabajado hasta ahora?

Desde la puesta en vigor de este programa, nuestros niños han disfrutado de actividades variadas, siendo co-responsables de su creación, centradas en la temática de los proyectos y llevando implícito un marcado impacto social dado que, al actuar como maestros o aprendices en cualquiera de dichas
actividades y por las razones ya expuestas anteriormente, se convierten en claros agentes de cambio.

Desde la puesta en vigor del acuerdo y este emergente proyecto de colaboración comenzó su andadura, niños y mayores se han convertido en granjeros y agricultores de una magnífica granja, además pudieron ser científicos locos que mostraban sus experimentos y han podido aprender recientemente cómo era la sociedad en la Edad Media, convirtiéndonos todos en miembros de la corte de un castillo.

Finalmente, me gustaría cerrar este artículo desde mi más sincera gratitud y admiración a todas las personas que cuidan cada día de nuestras “señoras y señores” (como así los llaman  nuestras cariñosas trabajadoras sociales de la residencia), que los acompañan y atienden para cubrir con cariño, paciencia y sensibilidad sus necesidades para que en la última etapa de su vida no se les arrebate aquello que se nos fue otorgado en el momento de nacer: la dignidad.

 

Jose Justo Martínez Serrano
Jefe de Estudios en Trilema Avda América

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