El periodo de prácticas educativas, sirve para que los alumnos de magisterio vayan adentrándose en el mundo docente y en la realidad profesional de un maestro. El cúmulo de las experiencias que surgen durante el tiempo que están realizando esas prácticas, ayuda a confirmar si la docencia es realmente su vocación verdadera, permitiéndoles desarrollar las competencias profesionales necesarias mediante la puesta en práctica de los conocimientos teóricos adquiridos en la universidad. Los colegios de la fundación Trilema tienen un acuerdo con la Universidad Nebrija, entre otras,  y suelen acoger en sus aulas a varios estudiantes universitarios que cursan la carrera de Educación Primaria o Infantil. El colegio Avenida de América, es uno de ellos. 

Nuestros nombres son Julia Pérez y Ana Isla y actualmente estamos preparándonos en la Universidad Antonio de Nebrija para ser futuras maestras. Ambas fuimos asignadas al centro Avda. América para realizar allí un mes de prácticas, que comenzamos el 20 de Enero del 2020. 

Ese día, hace más de un mes, llegamos al colegio a mediodía y la directora y el jefe de estudios del centro, nos recibieron con los brazos abiertos y nos informaron acerca del curso al que habíamos sido asignadas. Hemos de admitir que ambas estábamos bastante nerviosas porque no sabíamos qué esperar y desconocíamos las instalaciones, funcionamiento, normativa y alumnos y profesores del centro. A la novedad del primer día, se le sumaron las introducciones y explicaciones acerca de las diversas técnicas y metodologías de enseñanza, características de la Fundación Trilema. La transición no fue difícil, gracias a la hospitalidad de los miembros de la comunidad educativa. 

A medida que pasaban los días, nos íbamos familiarizando con todos los aspectos del centro y comenzamos a entender en mayor profundidad a nuestros alumnos, personas únicas de las que aprendíamos cada día, motivándonos para dar lo mejor de nosotras mismas, a través de la aplicación diaria de una gran variedad de estrategias y actividades en el aula. El cansancio se nota al acabar el día escolar. Es una profesión que requiere un nivel de esfuerzo, constancia y voluntad enorme. Con el paso del tiempo, se ve la evolución de los alumnos, constituida por pequeños pasos de aprendizaje que surgen en el aula. 

El último día de prácticas, llegó antes de lo esperado. Hay tantas cosas que hacer, que es difícil darse cuenta que el tiempo corre tanto. Es agridulce. Por un lado, se agradece haber tenido nuevas experiencias que te hacen aprender, reflexionar y crecer como persona. Pero da pena marchar y dejar atrás a aquellas personas con las se ha compartido tanto en tan poco tiempo. Aprovechamos este artículo para dar las gracias otra vez a nuestras tutoras, por haber sido guías en nuestro proceso de aprendizaje, ayudándonos a mejorar y a aprender de nuestros errores. 

La importancia de la educación y por lo tanto, del profesorado para educar de forma adecuada a sus alumnos, puede verse representada a través de la siguiente frase de John Dewey, “la educación no es preparación para la vida; la educación es la vida en sí misma”, señalando que la educación es o debería ser un proceso inherente a la vida de los seres humanos. A medida que crecemos, aprendemos y esos nuevos aprendizajes, influyen en la forma personal de entender al mundo y percibir la realidad. Podría decirse entonces, que la educación nos ayuda a ser personas, a llenar el vacío de lo desconocido, a expandir nuestros horizontes y a vivir de una manera más plena. Nuestro paso por el Colegio Trilema Avenida América ha sido una experiencia muy enriquecedora, que nos ha permitido desde cerca, ver y experimentar la docencia y valorarla más aún.

 

Julia Pérez y Ana Isla
Alumnas en prácticas de la Universidad Nebrija 

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